jueves, 3 de septiembre de 2015

(5) U.E. Miguel Antonio Caro - Símbolo de la Educación


(5) U.E. Miguel Antonio Caro - 
Símbolo de la Educación

Sus inicios se remontan a 1912, año en que fue publicado el Decreto emanado del Ejecutivo Federal de entonces, creando la primera Escuela Normal para varones en el país. En 1982 dejó de ser una Escuela Normal para convertirse en un Liceo donde se imparte educación de séptimo a noveno grado y segundo ciclo de Bachillerato.

La educación venezolana tiene muchas instituciones que han hecho historia en la noble tarea de formar ciudadanos para colocarlos al servicio del país o prepararlos adecuadamente para estudios superiores. En cada entidad federal siempre existe una especie de icono, en el cual todos desean estudiar y obtener allí su formación académica. En Caracas y con carácter nacional, encontramos varios de esos centros, siendo uno de ellos sin lugar a dudas la Unidad Educativa Miguel Antonio Caro, ubicada en la Avenida Sucre de Catia, al lado del Parque del Oeste, la cual por muchos años se ocupó de formar maestros normalistas y desde 1983 lo hace con bachilleres de distintas especialidades.

En una visita realizada a ese plantel se pudo comprobar la brillante historia educativa que tiene, siendo atendidos por los Profesores Pedro Sosa Álvarez (Director), Julio Augusto Moreno (Coordinador de Educación para el Trabajo, Comercio y Servicios Admi-nistrativos) y Epifanía de Andrade (Coordinadora de Misión Cultural).
El director se mostró optimista con respecto al trabajo educativo previsto para el año escolar que recién comienza, considerando que a pesar de las dificultades que siempre se puedan presentar, resultará exitoso. Tenemos una población estudiantil - dice - de 1.450 alumnos que cursan desde séptimo grado hasta segundo año de Educación Media, Diversificada y Profesional (EMDP) y están divididos en nueve secciones de séptimo, ocho de octavo, siete de noveno, dos de ciencias (primero y segundo año de EMDP), dos de Procesamientos de datos y dos de Contabilidad.
De igual manera señaló que tienen un promedio de 40 alumnos por sección, 120 profesores, la mayoría de ellos trabajan por horas de clases, ya que solo una docena está a tiempo completo y actualmente existe un déficit de 16 profesores que ocuparían los cargos de igual número de educadores que fueron jubilados en fecha reciente. La institución cuenta también con 32 empleados administrativos y 22 obreros, además tiene 18 aulas de clases, 3 laboratorios de ciencias, 1 laboratorio de informática (en calidad de préstamo por la UPEL), un auditórium con capacidad para 340 espectadores, tres talleres de Dibujo e igual número en el área de Comercio. Sosa Álvarez mencionó de igual manera al servicio médico, conformado por dos profesionales de la medicina y dos odontólogos, que no alcanzan a prestar servicio a todo el alumnado por falta de recursos, pero sí dictan con frecuencia charlas formativas de salud.

Educación para el Trabajo

El Profesor Julio Augusto Moreno Muñoz, con 6 años de servicio en la MAC, es el Coordinador del área Educación para el Trabajo, luego que le fue aprobado un proyecto, basado en el concepto prietista de la educación, el cual determina que el joven que estudia bachillerato debe recibir formación laboral. Llevado a la práctica este proyecto ha permitido que desde el año 2003, los egresados del centro salgan con menciones en Procesamiento de Datos y Contabilidad, además de la tradicional especialidad de Ciencias. Moreno explica con gran complacencia que el 25 por ciento de los egresados del pasado año fueron incorporados al mercado de trabajo y el otro 75 por ciento está ingresando a diversas universidades  nacionales  con una preparación muy adecuada que les permitirá aprobar sin  mucha  dificultad las materias que tengan relación con las especialidades cursadas. La mayoría de estos jóvenes son vecinos de Catia, que constituye la zona que más aporta alumnos al plantel, aunque también los hay de otras zonas de Caracas e incluso de Guarenas y Guatire.

Misión Cultural

La Profesora Epifania de Andrade, Coordinadora de la Misión Cultural parece sentir con mucha pasión la historia del plantel; cuenta que desde que tenía 12 años de edad está ligada a la institución, primero como alumna de la desaparecida Escuela Normal y luego como docente. Recuerda con detalle la labor antigua de la institución. Habla de los viajes por diversos sitios del país, donde en cada parada había una explicación geográfica como trabajo de campo, refiere la coral de años anteriores y los actos culturales del pasado y considera que la mística de los docentes anteriores era superior a los de ahora. De sus ojos afloran lágrimas cuando se refiere al deterioro y la decadencia de la MAC, quien ha sido su casa por años.
La mística -dice- ya no es la misma, los docentes de estos tiempos tienen mayor formación para proyectos educativos, pero no la dedicación como los de antes, los nuevos que me disculpen, pero no trabajan igual. La Profesora Andrade recuerda que en el pasado los educadores hasta adoptaban (simbólicamente) a los alumnos con problemas económicos para ayudarlos a culminar sus estudios. Era tal la identificación, que se establecía una relación como de padre a hijo y aún hoy después de muchos años, se consigue en la calle con exalumnos que la llaman “mamá”. Andrade está muy cerca de jubilarse, pero antes de marcharse quiere hacer realidad un sueño: la creación de la Fundación Amigos de la MAC, formada por docentes y alumnos de épocas pasadas que luchen por rescatar su esencia y su misión.
Hemos perdido aulas -continúa- que ahora son de nuestros vecinos de la UPEL, el gimnasio y buena parte de terreno que depende del Parque del Oeste. Las canchas son compartidas con la comunidad, por lo que la mayoría de las veces los alumnos no tienen donde practicar deportes, lo que ha influido en el bajo nivel competitivo de nuestros equipos deportivos. También desaparecieron el comedor y el autobús del transporte.

Un poco de historia

El 28 de octubre de 1912, fue publicado el Decreto emanado del Ejecutivo Federal, mediante el cual se creaba una Escuela Normal para hombres en la ciudad de Caracas. En febrero de 1913 se constituyen los jurados para la provisión de cátedras por concurso y entre los primeros profesores figuró el escritor Rómulo Gallegos, así como Femando Paz Castillo, Henry Pittier, Vicente Emilio Sojo, Isaías Medina Angarita y Luis Beltrán Prieto Figueroa. La primera sede funcionó de Palma a Municipal y luego operó en varios sitios, entre ellos: Villa Zoila, Cuartel Viejo, esquina El Cuño, Glorieta a Pilita y Perico a San Lázaro.






En 1945 pasó a una nueva sede en la avenida Sucre y con la denominación de Escuela Normal de Maestros “Miguel Antonio Caro”. El edificio fue un proyecto del arquitecto Carlos Raúl Villanueva y su primer director fue un pedagogo suizo, contratado por el gobierno, llamado monsieur Emest Cachón, a quien le sucedió (al año) el Dr. Teodosio Sánchez y luego un grupo de docentes de gran trayectoria. Hoy el director es el Profesor Pedro Alejandro Sosa Álvarez, normalista del año 1975 y egresado del Pedagógico de Caracas en la especialidad de Geografía e Historia.
En tiempos de Pérez Jiménez, la MAC, fue la que inició la huelga estudiantil de lucha contra la dictadura, por ello sufrió un destierro colectivo y emigró a los Dos Caminos, instalándose en su sede un liceo militar, hasta 1959 cuando fue devuelta a su sede original que aún ocupa.
En la Gaceta Oficial, número 32.039 del 4 de agosto de 1980, se publicó la resolución por la cual la Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación, declara a la Escuela Normal “Miguel Antonio Caro’’, Monumento Histórico Nacional.

¿Quién era Miguel Antonio Caro?

Miguel Antonio Caro, fue un escritor, filólogo y político colombiano, quien llegó a ser presidente de su país entre 1892 y 1898. Nació en Bogotá en 1843 y vivió hasta 1909. Se esforzó por difundir en su patria el gusto por la poesía de corte clasista, llegando a ser presidente de la Academia Colombiana de la Lengua. Dirigió el periódico “El Tradicionalista”, portavoz de la ideología conservadora, que él mismo compartió.
Participó en la redacción de la Constitución de Colombia en 1886. Fue un hombre de una gran cultura humanista, fueron excepcionales sus traducciones de Horado y La Eneida, de Virgilio. Publicó entre otros estudios gramaticales y filológicos el Tratado del Participio en 1870. Es un honor para esta institución llevar el nombre de este valioso personaje.
Para la educación venezolana es invalorable que esta Institución se haya convertido en Monumento Histórico Nacional. Aunemos esfuerzos para su protección.

Nelson Rivas B.  C.N.P   1353 y Prof. Rafael Campos Rausseo  C.N.P 3587

reverbero@hotmail.com

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