(33) Cada uno puede hacer la diferencia
Cortesía de: Luiz Jun- Brasil
Traducción: Luis Del Alcázar
Podemos decir que los deseos básicos de todas las personas son: ser felices, progresar y ganar más dinero. Una forma de alcanzar esos deseos es convertirse en ricos y prósperos.
Así como existen personas pobres y personas ricas, hay países pobres y países ricos.
La diferencia entre los países pobres y los ricos no se fundamenta en la antigüedad del país mismo.
En los casos de los países como la India y Egipto, queda demostrado que ambos tienen más de mil años y son pobres. Por el contrario, Australia y Nueva Zelanda, los cuales hace poco más de 150 años eran países casi desconocidos, hoy son países ricos y desarrollados.
Podría decirse que otra diferencia entre los países pobres y ricos reside en los recursos naturales de que disponen, sin embargo Japón es un país cuyo territorio es muy pequeño y casi el 80% de su extensión es montañosa, lo que hace difícil la agricultura y la cría de ganado, sin embargo es la segunda potencia económica mundial: su territorio es como una inmensa fábrica flotante que recibe materias primas de todo el mundo y las exporta transformadas, también a todo el mundo, acumulando su riqueza.
Por otro lado, existe una Suiza, la cual no tiene salida a ningún océano y sin embargo posee una de las mayores flotas navieras del mundo; no produce cacao y tiene el mejor chocolate del mundo; aún teniendo un pequeño territorio, cría ovejas y cultiva en sólo cuatro meses del año, ya que el resto es invierno para ellos, y sin embargo produce los productos lácteos de mejor calidad en toda Europa. Igualmente el Japón no posee recursos naturales, sin embargo exporta servicios con una calidad muy difícil de superar; es un país pequeño que ha construido una imagen que proyecta seguridad, orden y trabajo, lo que la ha convertido en una potencia en el mundo actual.
Otra diferencia podría estar en la inteligencia de las personas que habitan esos países pobres y países ricos, y cuya evidencia lo demuestra el hecho de que los estudiantes de los países pobres emigran hacia los países ricos y consiguen excelentes resultados en su educación.
Otro ejemplo reside en los ejecutivos de los países ricos que visitan nuestras fábricas y al conversar con ellos percibimos de que en la mayoría de los casos, no existe diferencia intelectual entre ellos y nosotros.
Finalmente tampoco podemos decir que la raza hace la diferencia, pues en los países centro-europeos o nórdicos vemos con los llamados ociosos de América Latina (nosotros) o de África, demuestran ser la fuerza productiva de esos países.
Entonces, ¿qué es lo que hace la diferencia?
La actitud de las personas hace la diferencia.
Al estudiar la conducta de las personas que habitan en los países ricos se descubre que la mayor parte de la población cumple con las siguientes reglas, cuyo orden puede variar según los casos, a saber:
Han establecido un verdadero discernimiento entre lo que es correcto y lo que no lo es. Lo asumen como un principio básico.
Viven en orden y limpieza.
Poseen integridad y honestidad.
Han desarrollado la puntualidad
Tienen sentido de la respon-sabilidad.
Poseen el deseo de superarse.
Muestran respeto por las leyes y los reglamentos.
Respetan los derechos de los demás.
Manifiestan aprecio y cuidan su trabajo.
Se esfuerzan por su economía y desarrollan la inversión.
Preguntémonos: ¿necesitamos de más leyes? ¿No sería mejor cumplir estas diez simples reglas? En los países pobres, sólo una mínima (casi ninguna) porción de la población, sigue estas reglas en su vida diaria.
No somos pobres porque a nuestro país le falte riquezas naturales, en el caso de Venezuela, por el contrario somos uno de los países con mayores recursos naturales de toda Latinoamérica. Tampoco somos pobres porque la naturaleza haya sido cruel con nuestro país, a pesar de los desastres naturales que hemos sufrido en alguna oportunidad, sin embargo no podemos compararlos con la de otros países.
En realidad como habitantes de esta tierra venezolana deberíamos reconocer que nos falta carácter para cumplir con estas premisas básicas acerca del funcionamiento de las sociedades avanzadas.
Considere lo antes mencionado y dialogue con sus compañeros y/o familiares donde ellos estén, acerca de todo esto, ya que cuando la mayor cantidad de personas medite al respecto podremos lograr una transformación de nuestro país.
Si tan solo pensamos que el gobierno nos solucione todos nuestros problemas, pasaremos toda la vida esperando.
Con esto no quiero decir que los gobiernos y en particular el nuestro no tienen una profunda cuota de responsabilidad al respecto, pero lo más importante es vernos a nosotros mismos, es decir cómo asumimos nuestra cuota de cambio sobre lo mencionado.
Alguien podrá pensar que todo lo mencionado es pura ilusión, sin embargo, cuanto más nos esforcemos en cambiar nuestra actitud como individuos, puede significar que nuestro país cambie. Se que cada uno tiene derecho a pensar diferente, el contenido de este tema, tan solo pretende hacernos reflexionar acerca de lo planteado sin necesidad de generar polémica alguna y respetando sinceramente la forma de pensar y expresar a que cada persona tiene derecho. ¿No les parece? ●
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