jueves, 3 de septiembre de 2015

(2) Crear valores: El gran desafío humano

(2) Crear valores: 
El gran desafío humano


Hoy nuevamente sale a la luz bajo un nuevo formato, un modesto boletín por iniciativa propia, al cual hemos decidido nombrar como “Valores Humanos / Reflexiones”, y pretende ser una tribuna para exponer ideas y propuestas que contribuyan tal cual expresa su nombre, a exaltar y forjar todo aquello que signifique convertirse en un mejor ser humano, en otras palabras en un verdadero valor humano. 
La definición de la palabra valor es muy esclarecedora. Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud.
Nos proporcionan una pauta para formular metas y propósitos, personales o colectivos. Reflejan nuestros intereses, sentimientos y convicciones más importantes.
Los valores se refieren a nece-sidades humanas y representan ideales, sueños y aspiraciones, con una importancia independiente de las circunstancias. Por ejemplo, aunque seamos injustos la justicia sigue teniendo valor. Lo mismo ocurre con el bienestar o la felicidad.
Los valores valen por sí mismos. Son importantes por lo que son, lo que significan, y lo que representan, y no por lo que se opine de ellos.
Valores, actitudes y conductas están estrechamente relacionados. Cuando hablamos de actitud nos referimos a la disposición de actuar en cualquier momento, de acuerdo con nuestras creencias, sentimientos y valores.
Los valores se traducen en pensamientos, conceptos o ideas, pero lo que más apreciamos es el comportamiento, lo que hacen las personas. Una persona valiosa es alguien que vive de acuerdo con los valores en los que cree. Ella vale lo que valen sus valores y la manera cómo los vive.
Pero los valores también son la base para vivir en comunidad y relacionarnos con las demás personas. Permiten regular nuestra conducta para el bienestar colectivo y una convivencia armoniosa. Y esto debe convertirse en una verdadera premisa para revisar nuestra conducta y comportamiento frente a los diferentes problemas que existen hoy en día no solo en nuestra comunidad de El Caribe, sino en la sociedad venezolana por entero.
No hay la menor duda de que mucho se ha escrito sobre el significado de la palabra valor, y por ello, quisiera mencionar a un educador japonés, llamado Tsunesaburo Makiguchi, quien en 1930 expuso su teoría y propuestas educativas publicándolas en un libro titulado “El Sistema Pedagógico de la Creación de Valores”. Desde su enfoque Makiguchi consideraba a la vida misma como el valor supremo y elemental y expresaba: “El único valor, en el verdadero sentido del término, es la vida misma. Todos los demás valores surgen del contexto de la interacción con la vida”. El criterio fundamental para establecer un valor, según Makiguchi, era preguntarse si ese valor mejoraba o lesionaba, promovía u obstruía la condición humana. 
Entonces de una u otra forma estamos hablando de una reeducación del ser humano, orientado a forjar en él una sólida personalidad y que se esfuerce por crear y abrir verdaderos senderos para el bienestar individual y colectivo. Y este pensador y educador enfatizaba. “Cuando un individuo experimenta este proceso de fortalecimiento interior, se consagra a proteger la dignidad suprema de la vida y aprender a crear valor aún en las circunstancias más adversas”.
Acabamos de concluir el 2014, un año plagado de múltiples situaciones que ha experimentado nuestra sociedad, para algunos fueron muy adversas, para otros se convirtieron en grandes oportunidades para desafiarse y vencer frente a las dificultades de la vida cotidiana. Por ello, cada quien debe hacerse la pregunta obligatoria: ¿Cómo pienso enfrentar este 2015 que está empezando?. A diario escuchamos rumores, opiniones, o suposiciones diversas de lo que enfrentaremos este año, y en su mayoría no son optimistas, ni esperanzadores. Sin embargo cada año trae consigo oportunidades, desafíos, retos, obs-táculos, adversidades, pero que a su vez también podemos convertirlos en verdaderos trampolines para vencer en el diario vivir. 
La tarea no es fácil, se trata de crear valor con nuestras acciones individuales y colectivas, que produzcan resultados tangibles en el tiempo, para nosotros como individuos, para nuestras familias, nuestra vecindad, nuestra urbanización, nuestra ciudad y para el país entero.
Los cambios deben partir del individuo, hará falta desarrollar coraje, perseverancia, creatividad y asumir un sinfín de tareas que nos permitan avanzar en nuestra realidad como ciudadanos que creemos en nuestro país y que venimos demostrándolo con nuestras acciones en el día al día. 
No puedo dejar de referirme a una enseñanza oriental expuesta por un filósofo y monje del siglo XIII, en donde exponía: “Si quieren comprender las causas que existieron en el pasado, miren los resultados que se manifiestan en el presente, Y si quieren conocer los resultados que se manifestarán en el futuro, miren las causas que existen en el presente”. En otras palabras los resultados del futuro, están determinados en el presente, depende de lo que estemos haciendo en este momento, donde nos encontremos. En pocas palabras, nos estamos quejando de las circunstancias o las estamos enfrentando con coraje, perseverancia y sabiduría.
Hagamos de cada día en este nuevo año, el escenario propicio para producir un verdadero cambio interno en nuestras vidas, creando valor con nuestras acciones, en el terreno que cada uno ha escogido para sí mismo, con nuestro comportamiento, respetando y valorando a cada persona que nos rodee. Sólo así podremos llevar a cabo nuestro gran desafío: crear verdaderos valores humanos.

Luis Del Alcázar

lda.sgi@gmail.com

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