domingo, 27 de septiembre de 2015

(43) Mantengámonos como los peces frescos

(43) ¡Mantengámonos como los peces frescos!

Traducción y adaptación de Luis Del Alcázar

     Cuando se habla de las relaciones de pareja, siempre habrá mucho por decir, porque en una relación, que se establece entre dos seres humanos, siempre existirán una infinidad de matices que la pueden “enriquecer” o por el contrario, con el transcurrir del tiempo, pueden “asfixiarla” como cuando nos falta el aire en un cuarto cerrado sin ventilación, me refiero a cuando se cae en la rutina y la relación no se renueva constantemente por el esfuerzo que cada quien haga en conjunto y/o separadamente. Y si no, recordemos cómo éramos cuando vivimos nuestro “noviazgo”, con quien hoy es nuestra pareja, ya sea esposa o esposo.
          Dejando de lado por el momento lo anterior, en esta oportunidad quisiera referirme a una historia muy particular. En ella se nos da una simple lección acerca de cómo debemos enfrentar los problemas y desafíos para mantenernos siempre activos y preparados ante cualquier situación. La historia se llama “El pez fresco” y aunque no puedo comprobar la veracidad de ese hecho, la historia por demás, es muy interesante y le podemos extraer mucho provecho para nuestras propias vidas.
          Para nadie es un secreto que a los japoneses no sólo les gusta, sino que son los mayores consumidores de peces frescos en el mundo entero. Por ello y desde hace décadas, en las aguas del Japón se pescan múltiples  variedades de peces para el consumo humano. Y debido a esto, los japoneses aumentaron el número de navíos pesqueros, los cuales comenzaron a pescar cada vez más lejos de sus propias aguas territoriales.
        Cuanto más lejos los pescadores iban, más tiempo les llevaba, para que los peces llegaran a puerto. Si el viaje de retorno les llevaba más de algunos días, los peces ya no podrían llamárseles frescos. Y a los japoneses no les gustaba el sabor de los mismos.
          Para resolver el problema, las compañías navieras instalaron congeladores en sus barcos. Ellos pescaban y congelaban los peces en alta mar. Los congeladores permitían que los pesqueros fuesen más lejos y estuvieran en alta mar por mucho más tiempo. Con el tiempo los japoneses empezaron a notar la diferencia entre el pez fresco y el congelado y naturalmente, no les gustó el congelado. Mientras tanto el precio del pez congelado empezó a descender vertiginosamente.               
        Entonces las empresas instalaron “tanques especiales para los peces” en sus navíos pesqueros. Eso les permitiría pescar y “enfriarlos” vivos en los tanques, tal como si fuesen “sardinas”. Sin embargo, luego de cierto tiempo, y debido a la falta de espacio, los peces poco a poco disminuían la intensidad de sus movimientos hasta finalmente detenerse y no moverse más. Por lo tanto llegaban vivos, pero cansados y abatidos. Consecuentemente, los japoneses aún así, podían percibir la diferencia en el gusto y el frescor de los peces. La conclusión era que a los consumidores japoneses no les agradaba el sabor de los peces apáticos.
         ¿Cómo pudieron resolver este problema? ¿Cómo lograron traer peces frescos aún desde largas distancias? Antes de que responda, piense en lo siguiente:
      Cuando las personas logran ciertos objetivos: como encontrar a un novio (a) adecuado (a), cuando comienzan con éxito en un nuevo empleo, cuando logran pagar todas o gran parte de sus deudas acumuladas, o lo que cada uno desea, ellas pueden perder o tan sólo “disminuir” su pasión por continuar avanzando y desarrollándose en sus vidas.
        Ellas pueden llegar a pensar que no necesitan más trabajar tanto, entonces se relajan. Ron Hubbard (escritor, educador, filántropo, administrador y artista), comentó al comienzo de la década de los 50: “Extrañamente, el hombre progresa solamente cuando se enfrenta a un ambiente desafiante”. Cuanto más inteligente, persistente y competitivo sea Ud., más capacidad desarrollará en su vida para poder enfrentar los problemas, los cuales al fin y al cabo están allí para ser resueltos y no para ser evadidos por nosotros. Si los desafíos que Ud. encuentre, los enfrenta con coraje y sabiduría, y si además, es lo suficientemente paciente para avanzar paso a paso, pero con firmeza, entonces; cuando los conquiste, Ud. se sentirá muy feliz, ¡será un auténtico vencedor! Se dará cuenta que ¡está vivo!!!
          Volviendo a la historia que dejamos líneas atrás. Las empresas que poseían instalados tanques en sus barcos pesqueros, decidieron adicionar pequeños tiburones en cada tanque. El tiburón se comía a algunos peces, sin embargo la mayoría lograban llegar “muy vivos y frescos”. Y todo se debía a que estando en los tanques, debían estar alertas y desafiantes ante el peligro, durante todo el viaje de retorno a puerto.
          Por consiguiente, como norma de vida y en lugar de evitar o “esquivar” los desafíos, debemos enfrentarlos para pulirnos como auténticos seres humanos. Los seres humanos poseemos, inherentemente (aunque no lo creamos, ni nosotros mismos) la más poderosa herramienta y se encuentra precisamente dentro de nuestras propias vidas. Tiene innumerables calificativos, sin embargo solo mencionaremos una: nuestra capacidad para desafiarnos ante la adversidad. Sólo tenemos que activarla y mantenerla “fresca y viva”.
     Si sus desafíos son muy grandes y numerosos, no desista, organícese. Desarrolle más determinación en su vida cotidiana, investigue, adquiera más conocimiento sobre lo que busca o desea. Pida ayuda si es necesario. No se quede paralizado esperando algo fuera de su propia vida. Todo proviene de nuestra propia vida interior. Y, cuando Ud. logre sus desafíos, visualice y propóngase alcanzar aún otros mayores en su vida.
          Nada existe separado de lo demás, todo está íntimamente relacionado. Nunca olvidemos que lo que podamos hacer por la felicidad, o el avance de los demás también se reflejará en nuestras vidas, y la de quienes nos rodean, mostrándolas así, cómo estamos alcanzando y logrando vencer en cada meta y objetivo que nos proponemos lograr, podremos inspirar a otros a que también lo hagan en sus vidas.
          “Ponga un tiburón en el tanque de su propia vida y verá cuán lejos podrá llegar Ud. mismo”. Ud. ya posee los recursos y destrezas para hacer la diferencia.
         Y si nos preguntamos que tiene que ver esta historia con las primeras líneas de este tema, yo diría que: ¡no permitamos que nuestros sentimientos caigan en la rutina; mantengámoslos “frescos y vivos”. Todo depende de nuestra determinación. Y si nos enfrentáramos a la posibilidad de perderlos, ¡siempre recordemos esos “primeros tiempos” y luchemos bravamente! El resultado dependerá de nuestra sabiduría, persistencia y coraje. Al fin y al cabo, los “tiburones” son los sueños, los planes, objetivos, desafíos que nos fijamos rumbo hacia un futuro mejor. Si reflexionamos acerca de la fiereza que representan estos especímenes marítimos, nuestros desafíos también los poseen, ¿no les parece?

Fuente:      Mensaje de Claudio Marttuci, un entrañable amigo brasileño.



sábado, 19 de septiembre de 2015

(42) Trabajar en equipo

(42) Trabajar en equipo

El equipo de remos: Una historia para reflexionar:

Autor desconocido:

Adaptación: Luis Del Alcázar

Esta historia la escuche estando de visita en otro país. Así que para los efectos de este cuento llamaremos a los dos países participantes como “Equipo País A” y “Equipo País B”.
      Se trataba de una competencia entre dos equipos de remos. Cuando la competencia se inició, el resultado no fue favorable para el “Equipo País B”... Ellos dijeron: “…..Llegamos con una hora de atraso en relación con los miembros del “Equipo País A”.
        Indignados los perdedores, convocaron a varias reuniones, para averiguar la causa de la derrota. En resumen el resultado fue: “Equipo País A” = 1 jefe de equipo y 10 remadores; “Equipo País B” = 10 jefes de equipo, 1 remador. Descubierto el gran error, el equipo “B” fue reformado para una nueva competencia... Debido a ello perdieron nuevamente, esta vez porque el atraso fue de dos horas...
        Una vez más fueron convocadas nuevas reuniones, se realizaron viajes y estudios de las causas. El resultado estableció: “Equipo País A” = 1 jefe de equipo y 10 remadores; Equipo “B” = 1 jefe de equipo, 3 jefes de departamento, 6 auxiliares de jefatura y 1 remador. Identificada la causa del error, nuevamente el equipo fue modificado. Esta vez se tomó todo en cuenta: conceptos de modernización, globalización, opiniones de economistas, etc. Sin embargo, a la hora de la nueva competencia, el equipo “B”, llegó con 3 horas de atraso.
         Más reuniones, etc. etc. La conclusión de las reuniones arrojaron: “Equipo “A” = 1 jefe de equipo y 10 remadores; “Equipo “B” = 1 jefe de equipo, 3 jefes de departamento, 3 analistas, 2 controladores, 1 gerente de calidad total y 1 remador. Después de mucha discusión, llegaron final y definitivamente a la siguiente conclusión: “Era claro que el problema era el remador que con seguridad por culpa de la influencia del sindicato de remadores y por causa de su falta de entrenamiento generalizado, no era capaz de ejercer su actividad con eficiencia. La solución que propusieron fue: contratar a otro remador”.
        La historia anterior refleja en muchos sentidos lo que sucede a diario en la sociedad, en cualquier tipo de organización, la familiar, la comunidad donde vivimos, la sociedad misma. Cuando dejamos de pensar que aunque somos distintos en caracteres, personalidades, etc. podemos superar nuestras propias diferencias, y dirigir nuestros esfuerzos individuales hacia el logro de objetivos y metas comunes, que produzcan resultados que nos permitan avanzar a todos para convertirnos en mejores seres humanos y que seamos cada vez más felices. En otras palabras: …“estamos hablando de crear vínculo en el cual, mediante el apoyo mutuo y la ayuda recíproca, la gente pueda poner de manifiesto su máximo potencial particular.”

martes, 15 de septiembre de 2015

(41) “Cuando los hijos despliegan sus alas en busca de sus sueños”

(41) “Cuando los hijos despliegan sus alas en busca de sus sueños”

Carta a una amiga:

     Apreciada “S” decidí escribirle para compartir con Ud. desde estas líneas, algunas reflexiones acerca del tema arriba mencionado. Tan solo pretendo compartir mis sentimientos de empatía con Ud., ya que la partida de un ser querido no es para nada, fácil de “aceptar” y menos de “comprender” profundamente. Sin embargo, recordemos que uno de los sufrimientos en la vida es “separarse de los seres queridos”. Generalmente esto lo aplicamos a la partida de esta existencia de un familiar, padre, madre, etc. Pero también se puede aplicar a “dejar de ver” a las personas que amamos.
     En el caso de nuestros hijos, cuando son pequeños, los protegemos, los criamos, los educamos, los vemos desarrollarse, y llega el momento en que tal vez escogen una profesión etc. Sin embargo, pocas veces pasa por nuestra mente que en algún momento ellos “desplegarán sus propias alas", para “volar en busca de sus propios sueños”, los cuales por demás pienso, deberían también convertirse en nuestros propios sueños y así compartiríamos mucho más el eterno vínculo que poseemos con ellos, como seres humanos. Y digo esto porque considero que la relación que mantenemos los hijos y los padres no se refieren solamente a esta existencia, sino a la eternidad de la vida misma. Es decir tenemos un vínculo muy profundo, difícil de comprender tan solo con nuestra propia mente.
     En el reino animal existen muchísimos ejemplos en donde una hembra alimenta a sus crías, y lo primero que les enseña es a defenderse del medio ambiente, a alimentarse por sí mismos para luego prepararlos para que ellos mismos remonten sus alas y sean fuertes por sí mismos para enfrentar lo que les toque enfrentar en sus vidas.
       En el caso de los seres humanos, se aplica el mismo principio, es decir, nuestra misión es “lograr que ellos sean felices de acuerdo a lo que decidan hacer”. Lo que importa no es el lugar hacia donde se van, sino que ellos forjen sus propios valores basados en el ejemplo que como padres y madres les pudimos transmitir cuando estuvieron a nuestro lado y eso es algo que nos debe llenar de convicción y esperanza constantemente.
       Si tan solo pensamos: “ellos van a estar mejor donde estén”, eso significa que “entendemos” con nuestra mente, con nuestra inteligencia, por qué tuvieron que irse, pero cuando aplicamos ese mismo pensamiento, y nuestros sentimientos surgen de lo profundo de nuestro corazón, cuando nos esforzamos por su felicidad, el dolor de la partida lo vamos convirtiendo en coraje, en fortaleza interior y llegaremos a “comprender con el corazón” que la razón se encuentra en su "propia misión en la vida", que solo les corresponde a ellos mismos realizar.
       A propósito recibí de un amigo, el pensamiento del Dr. Daisaku Ikeda, filósofo, educador, poeta, quien escribió en relación a enfrentar en la vida todo tipo de problemas y dolencias. Él expresó: "Lo que importa es la manera como desafiamos esos infortunios cuando ellos aparecen y también si no caemos en una resignación pasiva. Lo que importa es el modo como superamos los obstáculos que enfrentamos y también la forma como transformamos nuestro destino". Nuestra fortaleza interna emerge cuando nos enfrentamos a grandes retos en la vida.
       Y mi amigo agregó en su carta: “Aprendí de mi padre que los hijos no son de la gente: son del mundo”. Y este mensaje comenzó a fijarse en mi cerebro, así que decidí ahondar más en sus palabras y aplicando este principio a la vida cotidiana, pienso que los padres deberíamos apoyarlos con sabiduría y amor compasivo. Significa comprender que son nuestros hijos quienes nos ayudan a convertirnos en mejores madres y padres, es decir en mejores seres humanos.
       Pienso amiga, que aunque no sea fácil superar el sufrimiento de la separación, si lo convertimos en un factor que nos permita construir una mejor relación con nuestros hijos, cada vez más profunda, basada en nuestro crecimiento, en nuestra decisión de apoyarlos con nuestra vida, con todo el potencial que tenemos, el panorama se ampliará y una luz de esperanza se creará en nuestros corazones.
       Debemos crear nuevos horizontes, pensar en “el reencuentro con ellos” y lo que disfrutaremos cuando nos veamos de nuevo. Sólo nuestra decisión interna, activando el potencial que cada ser humano posee dentro de sí mismo, nos puede permitir lograr este coraje, convirtiéndolo en una fuerza que nos impulse diariamente a apoyar a quien tengamos al lado, a que sean felices y a transmitirles a nuestros hijos que siempre podrán contar con nosotros, pase lo que pase.
       Termino este mensaje diciéndole que la “comprendo” totalmente, porque yo también enfrento la misma situación, pero la estoy superando día a día construyendo nuevos sueños, nuevos ideales por lograr. La apoyo completamente. Cuente conmigo como su amigo y compañero!!!
      Me despido con un fuerte abrazo. Luis Del Alcázar

domingo, 13 de septiembre de 2015

(40) El escondite perfecto de la felicidad

(40) El escondite perfecto de la felicidad


Autor desconocido:

Adaptación de Luis Del Alcázar

En el principio de los tiempos, se reunieron varios seres muy malignos para hacer
cierta travesura. Uno de ellos dijo:
       "Debemos quitarles algo a los seres humanos, pero, qué les quitamos?"
Después de mucho pensar uno dijo:
       "¡Ya sé!, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser dónde
esconderla para que no la puedan encontrar".
       El primero propuso: "Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del
mundo", a lo que inmediatamente repuso otro: "No, recuerda que tienen fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está".
       Luego propuso otro: "Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar", y otro contestó: "No, recuerda que tienen curiosidad, alguna vez alguien construirá algún aparato para poder bajar y entonces la encontrará".
       Uno más dijo: "Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra". Y le dijeron: "No, recuerda que tienen inteligencia, y un día alguien va a construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va descubrir, y entonces todos tendrán felicidad".
       El último de ellos, que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las respuestas de los demás analizó cada una de ellas y entonces dijo: "Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren".
       Todos voltearon asombrados y preguntaron al mismo tiempo: "¿Dónde?". El ser, respondió: "La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán".
       Todos estuvieron de acuerdo y desde entonces ha sido así: los seres humanos se pasan toda la vida buscando la felicidad fuera de ellos mismos….sin saber que ya la poseen dentro de ellos mismos..Lo anterior nos invita a reflexionar, verdad?.. 

sábado, 12 de septiembre de 2015

(39) La historia de Pepe

(39) La historia de Pepe

Por: Luis Del Alcázar
Fuente: Cortesía: Fam. Arsentales Lima-Perú


Pepe era el tipo de persona que a uno le gustaría ser. Siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba como le iba, él respondía: “Todo bien”. Era un trabajador único porque tenía varios compañeros que lo habían seguido de trabajo en trabajo. La razón por la que las sus compañeros seguían a Pepe, era por su actitud.
Él era un motivador natural: si un empleado tenía un mal día, Pepe estaba ahí para decirle al empleado cómo ver el lado positivo de la situación.
Ver esta forma de ser realmente me causó curiosidad, así que un día fui a buscar a Pepe y le pregunté: “No te entiendo... no es posible ser una persona positiva todo el tiempo. ¿Cómo lo haces?”...
  Pepe respondió: “Cada mañana me despierto y me digo a mi mismo: Pepe, tienes dos opciones hoy: puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de mal humor.”  “Escojo estar de buen humor”. “Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello”. “Cada vez que alguien viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo señalarle el lado positivo de la vida”.
Si, claro, contesté, pero no es tan fácil, protesté. “Si lo es”, dijo Pepe. “Todo en la vida es acerca cual camino eliges. Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección”. “Tu eliges cómo reaccionas ante cada situación, tu eliges cómo la gente afectará tu estado de ánimo, tu eliges estar de buen humor o mal humor”. “En resumen, TU ELIGES COMO VIVIR LA VIDA”.
Reflexioné sobre lo que Pepe me dijo... Poco tiempo después, deje la empresa donde trabajábamos, para iniciar mi propio negocio. Perdimos contacto, sin embargo con frecuencia pensaba en Pepe, sobre todo cuando tenía que hacer una elección en la vida, en vez de reaccionar contra ella.
Varios años más tarde, me enteré que Pepe hizo algo que nunca debe hacerse; confiar en personas extrañas y una noche fue asaltado por tres ladrones armados en la cochera de su casa.
  Mientras trataba de cerrar la reja, regreso a su carro para cerrarlo por que sus hijos estaban dentro.
         Los asaltantes se sintieron frustrados y le dieron de golpes con el cacho de la pistola hasta que lograron desfigurarle la nariz. Con mucha suerte, su esposa reaccionó y también trato de controlar la situación, pero fue demasiado tarde. Pepe fue encontrado muy grave y llevado de emergencia a una clínica. Después de tres horas de cirugía y semanas de terapia intensiva, Pepe fue dado de alta, aún con lesiones en su cuerpo. Luego de seis meses después del accidente, me encontré con Pepe y cuando le pregunté como estaba, me respondió: “Si todo esta bien”. Le pregunté qué pasó por su mente en el momento del asalto. Contestó: “lo primero que vino a mi mente fue que debí haber cerrado la reja rápidamente cuando ví a los extraños. Cuando estaba tirado en el piso, recordé que tenía dos opciones: podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir”. “
¿No sentiste miedo?” le pregunté. Pepe continuó: “Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y ví las expresiones en las caras, de los médicos y enfermeras, realmente me asusté. Podía leer en sus ojos: “este hombre es muy mal.” Supe entonces que debía tomar una decisión. “¿Qué hiciste?” Pregunté. “Bueno, uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo y respirando profundo grité: - “Si, a los golpes” - Mientras reían, les dije: “estoy escogiendo vivir, opérenme como si estuviera vivo, no muerto”.
Pepe vivió por la maestría de los médicos, pero sobre todo por su asombrosa actitud. Aprendió que cada día tenemos la elección de vivir plenamente, la ACTITUD, al final, lo es todo.
Esta historia demuestra lo sutil pero determinante que significa enfrentar con coraje y sabiduría cada situación que nos toque vivir. Todos los días de nuestra vida enfrentamos retos, dificultades, momentos agradables o desagradables. Lo importante es asumirlos como parte de nuestra vida y considerarlos como un aprendizaje que nos permita convertirnos en mejores seres humanos. 
Alguna vez, cierto filósofo y educador, comentó lo siguiente: “La vida y la sociedad están llenas de batallas. Constantemente enfrentamos la victoria o la derrota. Si vamos a luchar por lograr un objetivo, debemos desafiarnos con toda sinceridad y alegría, para que podamos decirnos: ¡Hice lo máximo! ¡Realmente estoy contento con los resultados! Así podremos demostrar a otras personas los resultados de nuestro avance y desarrollo como auténticos seres humanos. Si actuamos así, seremos victoriosos en todo”. ●

(38) El corcho y el diamante

(38) El corcho y el diamante


Hace miles de años, se desprendió una roca de la ladera de una montaña nevada y empezó a rodar cuesta abajo, hasta que se detuvo en una pequeña planicie.
Llegó la primavera. Los rayos cálidos del Sol comenzaron a derretir la nieve que se había acumulado en las alturas y formó un diminuto hilo de agua que se fue ensanchando, hasta convertirse en un arroyo. Éste arrastró la piedra hasta un río caudaloso. 
El peñasco se fue puliendo, mientras rodaba por el lecho del río. La erosión dejó ver que, en su interior, la piedra contenía un hermoso diamante.
Pero la preciosa gema estaba allí, oculta de la mirada de todos, en el fondo oscuro del río. Cierto día, una tormenta se desató, tempestuosa, sobre la selva que proliferaba a ambos lados del río y desprendió la corteza de un árbol de corcho; el agua de lluvia la arrastró hasta el torrente fluvial, que se la llevó corriente abajo.
¡Qué no hubiera dado el diamante por ser como el corcho y poder escapar de aquella sepultura en el fondo del río! i Qué hubiera hecho para mostrar su belleza, que nadie podía ver!
Tiempo después, un pescador divisó desde su bote el corcho que flotaba y se dijo: “¡Qué bien me vendría, para mis viejas redes!”. Pero ¡oh, desilusión!, el agua lo había podrido y el pedazo de corteza ya no le servía al pescador para nada.
Al devolverlo al agua, observó un resplandor en el fondo del río, que le llamó la atención: era el diamante. Intentó entonces extraerlo, usando los elementos que tenía en el bote: tiró redes, utilizó cañas y hasta su propia ancla; pero fue inútil: nada sirvió. Por fin, cayó la noche. Como no veía nada, el pescador dejó una señal en la orilla y, extenuado, regresó a su cabaña.
A la mañana siguiente, volvió y continuó esforzándose, pero tampoco pudo alcanzar su cometido; así, día tras día, intentó vanamente rescatar el diamante, hasta que se dijo: “Cada vez que logro asirlo, la corriente me lo arrebata. Voy a arrojarme al agua: esta vez, será mío”. 
Luego de muchas horas de luchar contra la corriente traicionera, logró atraparlo. 
Casi sin aliento, pero con la alegría de haber triunfado, llegó a la orilla y se encaminó de prisa hacia el pueblo. Allí vendió la gema y, con el dinero, compró redes nuevas para seguir trabajando, un bote más grande y bienes necesarios para su familia.
De esa forma, se logró sus objetivos y logró beneficiar a quienes lo rodeaban.
Moraleja: Las virtudes superficiales son efímeras. Tal como sucedió con el corcho del cuento, muchas veces creemos que estar dotados de cierta capacidad suficiente como para defendemos toda la vida. 
Pero no es así: los recursos superficiales sólo sirven por un tiempo y luego se agotan. 
Lo valedero consiste esforzamos en nuestro desarrollo y avance cotidiano para poder extraer sabiduría de nuestro interior. Con ella, surgirán otras virtudes que jamás habríamos imaginado, que perpetuarán el bienestar y la libertad que hemos logrado.
Hay un famoso poema que dice:

Sueñen, aunque el sueño parezca imposible.

Luchen, aunque el enemigo parezca invencible.
Soporten el dolor, aunque éste parezca insoportable.
Corran por donde el bravo no osa ir.
Transformen el mal en bien, aunque sea necesario caminar mil millas.
Amen lo puro e inocente, aunque sea inexistente.
Resistan aun cuando el cuerpo no resista más.
Y, al final, alcanzarán aquella estrella, aunque ésta parezca inalcanzable.

(37) Libere su potencial no explotado

(37) Libere su potencial no explotado


El águila madre tiene que obligar a sus crías a dejar el nido y volar. El aguilucho preferiría quedarse en el rudo, que su madre lo alimentara y cuidara. Pero si se queda en el nido, nunca aprovechará sus grandes alas ni gozará de las inmensas alturas para las cuales fue creado. Por tanto, el águila madre tiene que arrojarlo del nido, tomarlo por sus grandes alas si cae demasiado abajo, y volver a hacerlo hasta que aprenda a volar por sí mismo. 
Es fácil que nos sintamos cómodos en nuestro nido. Se necesita volar para salirse de lo habitual. Pero la humanidad ha logrado progresos significativos gracias a quienes estuvieron dispuestos a salirse de lo trillados y trazar nuevas rutas, a hacer grandes inventos o a resolver algún misterio científico o técnico.
Dos señores estaban sentados en la banca de un parque, viendo cómo una ardilla saltaba de un árbol a otro. La ardilla se preparaba a saltar a una rama tan lejana que su salto parecía un suicidio. Se podría jurar que no la alcanzaría, pero siempre aterrizaba, a salvo, en una rama más baja. Luego subía hacía su meta, y parecía muy satisfecha.
El mas viejo de los señores le dijo a más joven: “He visto muchas ardillas saltar así, especialmente si hay depredadores alrededor, y nunca caen a tierra. Muchas no alcanzan las ramas a las que apuntaban, pero nunca he visto a ninguna lesionarse al tratar”. Luego, riendo observó: “Supongo que al menos tienen que correr un riesgo, pues si no, se quedarían en un árbol durante toda su vida”. 
Las personas optimistas parecen ver el cambio y la adaptación como oportunidades de renovación para vigorizar su sensación de bienestar. Estas personas positivas pueden evaluar como oportunidades de renovación sus fuerzas y flaquezas; pero aumentan sus fuerzas y toman medidas para reducir sus flaquezas.
Los TRIUNFADORES comprenden estos sentimientos. Aceptan la tensión y la incertidumbre como parte del precio que pagan por vivir en esta tierra conforme desarrollan su potencial. Controlan sus sentimientos en lugar de permitir que los sentimientos los dominen a ellos. Y continúan creciendo y buscando nuevas experiencias satisfactorias. Tales personas son francas, optimistas y felices. 
Los psicólogos dicen que la emoción mas peligrosa es la lastima de sí mismo. En cambio, la más útil y poderosa de las emociones es la autoestima. La lástima de sí mismo inhibe toda facultad creadora y productiva. 
Me recuerda a alguien que aplica el freno de su auto con un pie mientras pisa el acelerador con el otro. Es difícil, si no imposible, avanzar así. Se pierde una enorme cantidad de energía potencia. ●

Fuente: Artículo de Juan Carlos Caramés. Revista “Parentesis”. 

(35) Cuento Chino

(35) Cuento Chino

Autor desconocido

Hace mucho tiempo una dama llamada Lili descubrió que se iba a llevar bien con su propia suegra. Las personalidades de ellas era muy diferentes, y Lili se fue enfureciendo con los hábitos de su suegra. Además de eso, ella criticaba a Lili constantemente. Transcurrieron, días, semanas y meses. Lili y su suegra nunca dejaron de discutir y pelear. Más aún, la situación tendió a empeorar, ya que de acuerdo con una antigua tradición china, Lili tenía que inclinarse ante su suegra y obedecerla en todo. Toda esta situación atraía infelicidad dentro de la casa, causando al pobre marido un gran sufrimiento.
Finalmente, Lili no aguantando más, decidió asumir una actitud. Lili fue a visitar a un buen amigo de su padre, el señor Huang quien vendía hierbas. Ella le contó acerca de su situación y le pidió que él le diese algún veneno de forma que así ella podría resolver el problema de una vez por todas.
El señor Huang pensó por algún tiempo y finalmente dijo:
-Lili, yo te ayudaré a resolver el problema, sin embargo me tienes que escuchar y obedecer todas las instrucciones que te daré.
-Sí, señor Huang, yo haré todo lo que usted me pida que haga.
El señor Huang entró en el cuarto del fundo y regresó en algunos minutos con un poco de hierbas. El le explicó a Lili: -No puedes usar todo de una vez, para liberarte de tu suegra, porque eso despertaría suspicacias. Entonces, él le entregó varias hierbas que iban a envenenar lentamente a su suegra. Agregó: Cada dos días prepare alguna carne, de cochino o gallina y ponga un poco de esas hierbas en el plato de su suegra. Ahora, para tener certeza que nadie sospeche de usted, cuando ella muera, usted debe tener mucho cuidado y actuar muy amigable con ella. No discuta con ella, obedézcala en todo y trátela como si no pasara nada.
Lili se sintió muy contenta. Agradeció al señor Huang y volvió rápidamente a su casa para empezar el proyecto de asesinar a su suegra.
Trascurrieron semanas, me-ses y cada dos días, Lili sirvió la comida especialmente preparada a su suegra. Ella recordaba lo que el señor Huang le había dicho sobre evitar la suspicacia, de manera que ella controló su temperamento, obedeció a su suegra, y la trató como si fuese su propia madre.
Luego de seis meses trascurridos, la casa entera parecía haber cambiado. Lili tenía tan controlado su temperamento que ella casi no se había detestado. Durante esos seis meses, ella no había tenido una sola discusión con su suegra, quien parecía ahora mucho más amable y más fácil de tratar. Las actitudes de la suegra con Lili cambiaron, ella comenzó a amar Lili tanto como si fuera su propia hija. Ella les decía a sus parientes y amigos que Lili era la mejor nuera que alguien pudiera tener. Lili y su suegra se trataban la una a la otra como verdaderas madre e hija. El esposo de Lili estaba muy contento por observar lo que estaba ocurriendo.
Un día, Lili fue a visitar al señor Huang y le pidió ayuda nuevamente. Ella le dijo:
-Querido señor Huang, ¡por favor ayúdeme a evitar que el veneno mate a mi suegra! Ella se ha convertido en una mujer agradable, y yo la quiero como a mi propia madre. No quiero que muera a causa del veneno que yo le he estado dando. El señor Huang sonrió, y asintió con la cabeza:
-Lili no hay nada de que preocuparse. Yo no le di ningún veneno. En realidad, las hierbas que yo le entregue eran vitaminas para mejorar la salud de ella. El único veneno estaba en su mente y en su actitud para con ella; sin embargo todo eso fue transformado por el amor que usted le dio a ella… ●

(33) Cada uno puede hacer la diferencia

(33) Cada  uno puede hacer la diferencia

Cortesía de: Luiz Jun- Brasil
Traducción: Luis Del Alcázar 

Podemos decir que los deseos básicos de todas las personas son: ser felices, progresar y ganar más dinero. Una forma de alcanzar esos deseos es convertirse en ricos y prósperos.
Así como existen personas pobres y personas ricas, hay países pobres y países ricos. 
La diferencia entre los países pobres y los ricos no se fundamenta en la antigüedad del país mismo. 
En los casos de los países como la India y Egipto, queda demostrado que ambos tienen más de mil años y son pobres. Por el contrario, Australia y Nueva Zelanda, los cuales hace poco más de 150 años eran países casi desconocidos, hoy son países ricos y desarrollados.
Podría decirse que otra diferencia entre los países pobres y ricos reside en los recursos naturales de que disponen, sin embargo Japón es un país cuyo territorio es muy pequeño y casi el 80% de su extensión es montañosa, lo que hace difícil la agricultura y la cría de ganado, sin embargo es la segunda potencia económica mundial: su territorio es como una inmensa fábrica flotante que recibe materias primas de todo el mundo y las exporta transformadas, también a todo el mundo, acumulando su riqueza.
Por otro lado, existe una Suiza, la cual no tiene salida a ningún océano y sin embargo posee una de las mayores flotas navieras del mundo; no produce cacao y tiene el mejor chocolate del mundo; aún teniendo un pequeño territorio, cría ovejas y cultiva en sólo cuatro meses del año, ya que el resto es invierno para ellos, y sin embargo produce los productos lácteos de mejor calidad en toda Europa. Igualmente el Japón no posee recursos naturales, sin embargo exporta servicios con una calidad muy difícil de superar; es un país pequeño que ha construido una imagen que proyecta seguridad, orden y trabajo, lo que la ha convertido en una potencia en el mundo actual.
Otra diferencia podría estar en la inteligencia de las personas que habitan esos países pobres y países ricos, y cuya evidencia lo demuestra el hecho de que los estudiantes de los países pobres emigran hacia los países ricos y consiguen excelentes resultados en su educación. 
Otro ejemplo reside en los ejecutivos de los países ricos que visitan nuestras fábricas y al conversar con ellos percibimos de que en la mayoría de los casos, no existe diferencia intelectual entre ellos y nosotros.
Finalmente tampoco podemos decir que la raza hace la diferencia, pues en los países centro-europeos o nórdicos vemos con los llamados ociosos de América Latina (nosotros) o de África, demuestran ser la fuerza productiva de esos países.
Entonces, ¿qué es lo que hace la diferencia? 
La actitud de las personas hace la diferencia.
Al estudiar la conducta de las personas que habitan en los países ricos se descubre que la mayor parte de la población cumple con las siguientes reglas, cuyo orden puede variar según los casos, a saber:

Han establecido un verdadero discernimiento entre lo que es correcto y lo que no lo es. Lo asumen como un principio básico. 
Viven en orden y limpieza. 
Poseen integridad y honestidad.
Han desarrollado la puntualidad
Tienen sentido de la respon-sabilidad.
Poseen el deseo de superarse.
Muestran respeto por las leyes y los reglamentos.
Respetan los derechos de los demás.
Manifiestan aprecio y cuidan su trabajo.
Se esfuerzan por su economía y desarrollan la inversión.

Preguntémonos: ¿necesitamos de más leyes? ¿No sería mejor cumplir estas diez simples reglas? En los países pobres, sólo una mínima (casi ninguna) porción de la población, sigue estas reglas en su vida diaria.
No somos pobres porque a nuestro país le falte riquezas naturales, en el caso de Venezuela, por el contrario somos uno de los países con mayores recursos naturales de toda Latinoamérica. Tampoco somos pobres porque la naturaleza haya sido cruel con nuestro país, a pesar de los desastres naturales que hemos sufrido en alguna oportunidad, sin embargo no podemos compararlos con la de otros países. 
En realidad como habitantes de esta tierra venezolana deberíamos reconocer que nos falta carácter para cumplir con estas premisas básicas acerca del funcionamiento de las sociedades avanzadas.
Considere lo antes mencionado y dialogue con sus compañeros y/o familiares donde ellos estén, acerca de todo esto, ya que cuando la mayor cantidad de personas medite al respecto podremos lograr una transformación de nuestro país. 
Si tan solo pensamos que el gobierno nos solucione todos nuestros problemas, pasaremos toda la vida esperando.
  Con esto no quiero decir que los gobiernos y en particular el nuestro no tienen una profunda cuota de responsabilidad al respecto, pero lo más importante es vernos a nosotros mismos, es decir cómo asumimos nuestra cuota de cambio sobre lo mencionado
Alguien podrá pensar que todo lo mencionado es pura ilusión, sin embargo, cuanto más nos esforcemos en cambiar nuestra actitud como individuos, puede significar que nuestro país cambie. Se que cada uno tiene derecho a pensar diferente, el contenido de este tema, tan solo pretende hacernos reflexionar acerca de lo planteado sin necesidad de generar polémica alguna y respetando sinceramente la forma de pensar y expresar a que cada persona tiene derecho. ¿No les parece? ●

(30) La Sra. Thompson y Teddy

(30) La Sra. Thompson y Teddy

Por: Luis Del Alcázar


    La Sra. Thompson, era educadora y recuerda que en su primer día de clases, se paró frente a los alumnos del quinto grado de primaria y al igual que los demás profesores, les dijo que los apreciaba a todos por igual.
    Sin embargo, en lo profundo de su ser ella sabía que esos sentimientos eran casi imposible de manifestar, ya que en la primera fila de la clase estaba un pequeño joven llamado Teddy. La profesora había observado que él no se llevaba bien con los compañeros de clases y muchas veces sus ropas estaban sucias y malolientes.
Incluso había habido momentos en los que ella sintió cierto placer en impartir notas rojas al corregir sus pruebas y trabajos.
Sin embargo, como era costumbre en esa escuela, al inicio de cada año escolar, se le pedía a los profesores que leyeran con atención la ficha escolar de cada alumno, a fin de conocer sobre el rendimiento y las calificaciones de los mismos. La Sra. Thompson dejó la ficha de Teddy para el último, y cuando la leyó fue grande su sorpresa. La profesora de primer grado había anotado lo siguiente: "Teddy es un pequeño brillante y simpático. Sus trabajos siempre están en orden y muy limpios. Tiene buenos modales y es muy agradable estar cerca de él".
La de segundo grado escribió: "Teddy es un excelente alumno muy querido por sus compañeros, sin embargo ha estado preocupado porque su madre tiene una enfermedad muy grave y está desahuciada por los médicos. La vida en su hogar debe ser muy difícil".
La profesora de tercer grado había escrito: "la muerte de su madre fue un golpe muy duro para Teddy. Él procura hacer lo mejor, sin embargo su padre no le brinda mucha atención; su vida se verá perjudicada sin nadie toma las providencias del caso para ayudarlo". Las anotaciones de la profesora de cuarto grado decían: "Teddy está muy distraído y no muestra ningún interés por los estudios. Tiene pocos amigos y muchas veces se duerme en el aula". La señora Thompson se dio cuenta de la gravedad del problema y se sintió terriblemente avergonzada.
Aún más, se sintió peor cuando recordó los regalos que los alumnos le habían dado, envueltos en papeles coloridos, excepto el de Teddy, que estaba envuelto en un papel marrón de un supermercado.
Ella recuerda que sintió mucha tristeza, debido a que cuando abrió el paquete, los compañeros de Teddy reían al ver que su regalo era una pulsera a la que le faltaban algunas piedrecillas, además de un pequeño frasco de perfume que estaba por la mitad.
A pesar de las burlas, ella le dijo que su regalo era precioso, se colocó la pulsera y se echó un poco de perfume en su mano. En aquella ocasión Teddy se quedó un poco más de tiempo que de costumbre en la escuela. Ella recuerda que Teddy se le acercó y le dijo que ella estaba muy olorosa como era su madre. Ese día después de que todos se fueron la profesora Thompson lloró por largo rato...
A partir de aquel momento, ella decidió cambiar su manera de enseñar y empezó a poner más atención a sus alumnos especialmente a Teddy. Con el pasar del tiempo ella notó que el muchacho mejoraba y cuando ella más le daba cariño y atención, más se animaba él. Al finalizar el año escolar, Teddy salió como el mejor de toda la clase.
Un año después, la Sra. Thompson recibió una noticia donde Teddy le decía que ella era la mejor profesora que tuvo en su vida. Seis años después recibió una nueva carta de Teddy. Allí le contaba que había terminado el segundo grado de sus estudios y que ella continuaba siendo la mejor profesora que siempre tuvo. 
Sin embargo la historia no termina allí. Las noticias se repitieron hasta que un día ella recibió una carta firmada por el Dr. Theodore Stoddard, su antiguo alumno, más conocido como Teddy. Era una invitación en la que Teddy le pedía que asistiera a su matrimonio y le participaba también de la muerte de su padre.
Ella aceptó asistir y el día del matrimonio ella usó la pulsera que Teddy le había regalado varios años atrás. Cuando los dos se encontraron, se abrazaron por mucho tiempo y Teddy le dijo al oído: ‘muchas gracias por creer en mí y hacerme sentir importante, demostrándome que puedo lograr ser diferente’. Ella con los ojos bañados por sus lágrimas le susurró muy bajo: ‘¡eres tú, quien está engañado! ¡Fuiste tu, quien me enseñó que yo podía ser diferente, en realidad yo no sabía enseñar, hasta que te conocí.”

Esta historia nos deja mucho que aprender, ya que muchas veces no somos capaces de comprender el corazón de los demás y menos ver el potencial que posee cada ser humano.●

(29) El coraje, reflexiones de un padre con su hijo

(29) El coraje, reflexiones 
de un padre con su hijo

Cortesía de Ricardo Coultas, mi amigo Argentino.

“Increíble. Cuánto hacía que no desayunaba con la primera luz del Sol. Meses invernales tomando mate en la oscuridad cerrada... Ahora que llega la primavera, estas horas se vuelven mucho más vitales, y da gusto levantarse temprano. Tengo frente a mis ojos una nota con la letra inconfundible de Leandro, mi hijo mayor.
Viejo, tengo que hacer un trabajo urgente para Sociales sobre “El coraje”. No tengo la más pálida idea de dónde sacar material. Ayúdame con esto, y te juro que por unos días voy a ser un hijo modelo. iGenio!
Lo de “genio” ¿será por mí o es la firma de él? Suspiro.
Me gusta que Leandro quiera hacer algo conmigo: en días pasados estuvimos medio distanciados. Tiene que haber tenido coraje para acercarse, aunque sea con una notita. Pongo manos a la obra para no defraudarlo.
Busco en mis apuntes y libros. Pienso en personas valerosas. Recuerdo una frase tremenda de Amelia Earhart, la gran mujer aviadora que superó los límites de su época. Ella decía: “El coraje es el precio que cobra la vida por conceder la paz. El alma que ignora el coraje nunca puede liberarse de las pequeñas cosas; no conoce la lívida soledad del miedo ni las cumbres montañosas donde la alegría punzante logra escuchar el sonido de las alas”.
Cuán cierto es... El coraje no significa desconocer el miedo, sino enfrentarlo hasta que a uno se le seca la garganta, y poder ir más allá. Cuántas veces, en momentos críticos, uno ha tenido que sentarse y reflexionar frente a sus terrores más íntimos, hasta refutarlos y obtener la libertad. Pienso que el proceso de construir la paz es el mismo para una persona que para una nación: sin coraje, uno vive en un constante malestar, por ser esclavo de sus miedos.
Encuentro otra frase impactante. La escribió una chica de la misma edad de Leandro: Anna Frank. “El que es feliz puede hacer feliz a los demás. El que tiene coraje y fe jamás morirá en el sufrimiento”. Pensando en la vida extraordinaria de esta adolescente, arrojada al pozo de la miseria humana, siento que estoy frente a la culminación del coraje. Porque hace falta tener valor de verdad para salir en busca de la bondad del hombre cuando uno está rodeado de la peor vileza. Fue ella quien dijo, quizá para hacemos llorar de emoción o de vergüenza ajena: “A pesar de todo, sigo creyendo que el ser humano es bueno en su interior”.
Anoto a otro coloso del pensamiento, Benjamín Franklin, él decía que “…el coraje, sin justicia, es débil”. Claro... Uno piensa en tantas personas violentas y autoritarias; tantos abusadores. Parece que en sus actos hay coraje. Pero esto es mera temeridad. El verdadero coraje, creo, está en buscar siempre la brújula de la verdad y la justicia para que el arrojo no cause sufrimiento a ningún ser humano. Y, ¿por qué no?, muchas veces la justicia es una motivación poderosa para extraer coraje. 
A diario nos enfrentamos a un sinfín de situaciones adversas. Nadie puede escapar de ellas, por el contrario debemos enfrentarlas y vencerlas. Todo lo que estoy haciendo tiene que servir para que Leandro y los chicos vivan en un mundo mucho mejor.
Y aparece ante mí otra frase muy oportuna, de Andrew Jackson: “Un solo hombre de coraje es mayoría”.
El coraje es sinónimo de solidaridad humana. Ojala que Leandro pueda entender esto con su vida. Sin el valor de ir a confrontar el mal, no se puede sembrar la semilla del bien en la vida de nadie. La indiferencia es el rostro “Iight” de la cobardía, y le da de comer en la boca a la bestia del mal.
Suspiro. Me estoy poniendo un poco enardecido, y se me está yendo la hora. Ya se levantó su mamá, y ya la escucho haciendo empezando los quehaceres de la casa. Mejor la ayudo un poco, antes de irme al trabajo.
En el margen de la hoja, le dejo escritas unas líneas a Leandro:
Ve arreglándote con esto. Hoy llego a las once. Espérame despierto y lo terminamos juntos con una pizza. 
Por mi parte, me doy por satisfecho con el hijo modelo que ya tengo.
Como verás, no tengo miedo de quererte y decírtelo. iGenio!
Poder “dialogar” sobre el coraje con un hijo... ¡Qué experiencia tan extraordinaria!” La historia que antecede, podría sucedernos a cualquiera de nosotros... Vale la pena reflexionar.

(25) El Portero en el Prostíbulo

(25) El Portero  en el Prostíbulo

Por: Luis Del Alcázar

En cierto país, existía un pueblo en donde no había peor oficio que ser; “el portero del prostíbulo” 
Sin embargo, ¿qué otra cosa podría hacer aquel hombre? De hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra habilidad ni conocía otro oficio. 
Un día, se hizo cargo del prostíbulo, un joven empresario con muchas inquietudes, creativo y emprendedor. Él decidió modernizar el negocio. Hizo varios cambios y citó a todo el personal para dar las nuevas instrucciones de su reglamento. Al portero, le dijo: “A partir de hoy, usted, además de estar en la puerta, va a preparar un informe semanal donde registrará la cantidad de personas que entran y además anotará sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio.”
-” Me encantaría complacerlo, señor, pero no sé leer ni escribir.” 
-Le dijo el portero. “¿Cómo?... cuánto lo siento, pero indiscutiblemente tendré que prescindir de sus servicios, pues así, no me es de utilidad”. 
- “Pero señor, usted no me puede despedir, ¡yo he trabajado en esto toda mi vida!...” 
- “Mire, yo comprendo y lo siento mucho, pero no puedo hacer nada por usted, le vamos a dar una indemnización y espero que le baste hasta que encuentre otro trabajo u oficio.”. Sin más, se dio vuelta y se fue. El portero pensó:¿Y ahora qué voy hacer?... 
Recordó que en el prostíbulo, cuando se rompía una silla o se arruinaba una mesa, él lograba hacer un arreglo sencillo y provisional. Pensó que ésta podría ser una ocupación transitoria hasta conseguir un empleo, pero sólo contaba con unos clavos oxidados y una tenaza arruinada. 
Decidió, que usaría parte del dinero de la indemnización para comprar una caja de herramientas completa. Como en el pueblo no había ninguna ferretería, tenía que viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a realizar la compra. Ensilló el animal y emprendió el viaje. 
Habiendo regresado ya a casa, cierto día un vecino llamó a su puerta: “-¡Hola vecino!, vengo a ver si tiene un martillo que me pueda prestar”. 
-” Si, tengo uno, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar”
-Entiendo, pero yo se lo devolvería mañana temprano”. “¡Esta bien! A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino tocó la puerta. 
“-Mire amigo, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende-?” 
“-¡No puedo!, lo necesito para trabajar y además la ferretería está a dos días de camino-”  
“-Hagamos un trato - dijo el vecino- Yo le pagaré los días de ida y vuelta más el precio del martillo, total usted está sin trabajar. ¿Qué le parece?”
Realmente, esto le daba trabajo por cuatro días y aceptó. Volvió a montar su mula y a su regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta de su casa.
“-¡Hola, vecino! Usted le vendió un martillo a mi amigo, vengo a decirle que yo necesito unas herramientas y estoy dispuesto a pagarle sus cuatro días de viaje, más una pequeña ganancia... mire, no dispongo de tiempo para el viaje.-”
El ex-portero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Le pagó y se fue. 
Mientras iba por el camino recordaba las palabras de su vecino: “-No dispongo de cuatro días para ir a comprar las herramientas.-”
Si esto era cierto, mucha gente podría necesitar que él viajara para traer herramientas. En el viaje siguiente, arriesgó un poco más de dinero trayendo más herramientas de las que había vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo en viajes. La voz empezó a divulgarse por el pueblo y muchos quisieron evitarse el viaje.
Con el tiempo alquiló un galpón para almacenar las herramientas y algunas semanas después, adaptó una vidriera y el galpón se transformó en la primera ferretería del pueblo. Todos estaban contentos y compraban en su negocio.  
Luego, se le ocurrió que su amigo el tornero, podría fabricarle las cabezas de los martillos. Y luego, ¿por qué no?, las tenazas... las pinzas... los cinceles... y luego fueron los clavos y los tornillos... 
En diez años, aquel hombre se convirtió en millonario a través de su trabajo como fabricante de herramientas.
Un día decidió donar una escuela a su pueblo. En ella, además de leer y escribir, se enseñarían las artes y oficios más prácticos del momento. En el acto de inauguración de la escuela, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad, e hizo que él cortara la cinta, lo abrazó y le dijo: “-Es un gran orgullo para nosotros agradecerle por este gesto tan meritorio para nuestra comunidad, el que usted nos haya donado esta escuela; le pedimos nos conceda el honor de poner su firma en la primera hoja del libro de actas.-”
“-El honor sería para mi.-” dijo el hombre. “-Nada me gustaría más que firmar allí, pero no se leer ni escribir; soy totalmente analfabeto.-” 
“-¿Usted iletrado?...-” dijo el Alcalde que no alcanzaba a creerlo. “-¿Usted construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir? ¡Estoy realmente asombrado!” “Me pregunto, ¿qué hubiera sido de usted si hubiera sabido leer y escribir?-
“-Yo se lo puedo contestar-” respondió el hombre con calma. “-Si yo hubiera sabido leer y escribir... ¡aún sería el portero del prostíbulo!-” 

De lo anterior, podemos aprender que generalmente los cambios que surgen en nuestras vidas, muchas veces son vistos como adversidades, sin embargo, mediante ellos, quienes persistimos, también podemos avanzar. Todo lo que nos sucede al final es para nuestro desarrollo y lo que consideramos una desgracia hoy, mañana puede ser la gran oportunidad que transformará nuestra vida para siempre. ¿Que les parece si a partir de ahora no desaprovechamos ninguna oportunidad que nos ofrezca la vida?●